Los bebés aprenden de forma autónoma experimentando con su cuerpo y jugando con los objetos de su entorno. Los robotistas están programando androides con algoritmos que les permiten aprender del mismo modo que lo hacen los niños. Los estudios con estas máquinas están transformando la robótica y aportando una nueva visión del desarrollo infantil. Hay máquinas que ya superan las capacidades humanas en ciertas tareas específicas, como contestar las preguntas de un concurso de televisión o jugar al ajedrez y al juego de mesa chino go.
Por el contrario, desde la primera infancia en adelante nuestros hijos se desarrollan explorando su entorno y experimentando con el movimiento y el habla. Recopilan datos, se adaptan a nuevas situaciones y transfieren la pericia adquirida en una materia a otras. Robotistas, neurocientíficos y psicólogos llevan desde los inicios del siglo XXI investigando vías para construir máquinas que imiten ese desarrollo tan espontáneo. Las colaboraciones entre ellos han cuajado en androides capaces de mover objetos, adquirir vocabulario básico y capacidades numéricas, y que incluso exhiben signos de conducta social. Al mismo tiempo, estos sistemas de IA están ayudando a los psicólogos a entender cómo aprenden los niños pequeños.
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