El ayudante robótico de la abuela
Los robots ya realizan numerosas tareas que hasta hace poco eran exclusivamente humanas, desde pasar la aspiradora hasta practicar cirugía. Se espera que pronto puedan también ayudar a enfermos y ancianos. Sin embargo, hasta que no logren discernir e imitar las emociones de manera convincente, su valor como cuidadores será muy limitado. En un esfuerzo por crear máquinas más «amistosas», se están desarrollando ayudantes robóticos que sepan entender las señales sociales y reaccionar mejor a ellas. Puede que los robots asistenciales se tornen necesarios debido a una falta de acompañantes humanos para los ancianos. Los robots presentan también algunas ventajas intrínsecas sobre sus análogos de carne y hueso: «La paciencia de las máquinas es infinita. Tienen [menos] prejuicios y no se esperan nada».
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